¿Has notado que tu bebé rechaza tu pecho, llora o se irrita? ¿No se alimenta bien o se cansa cuando lacta?
Muchas veces, las mamitas piensan que su bebé está mal del estómago o que le fastidia otra cosa, pero lo que no saben es que tienen dificultad para alimentarse y eso lo estresa.
Debes saber que es probable que ello se deba al frenillo, la cual es una pequeña membrana que une la parte inferior de la lengua con el piso de boca. En edades tempranas, este frenillo se va desarrollando de manera progresiva, si esto no ocurre se estaría dando la enfermedad de anquiloglosia. El frenillo lingual corto o también llamado anquiloglosia limita los movimientos naturales de la lengua.

Algunos estudios estiman que 2.8 – 10.7% de niños nacen con frenillo lingual corto. Este frenillo corto dificulta la alimentación del bebe, ya que no puede colocar debidamente la lengua en el pecho de la madre para poder succionar y deglutir la leche, esto muchas veces hace que resulte cansado y opten por darle un biberón agravando más el problema, pasando desapercibido que la lengua de su bebe no le permite succionar la leche.
Para diagnosticar este problema se debe observar clínicamente la lengua cuando no puede tocar el paladar duro y/o sacar la lengua.
No se ha demostrado hasta el momento ningún caso de frenillo lingual que sea por causa genética, pero tampoco se descarta que pueda haber herencia familiar.
Lo ideal es que este problema sea diagnosticado y tratado al nacer para prevenir problemas de lactancia materna, de lo contrario tendría que ser diagnosticado en edad temprana cuando aún no se ha producido el desarrollo completo del lenguaje -aproximadamente a los 2 o 3 años- para evitar futuras alteraciones del lenguaje.
El manejo diagnóstico – terapéutico debe ser interdisciplinario con ayuda de un odontólogo especializado y un foniatra para encaminar el proceso de recuperación del movimiento de la lengua.
¿Cuáles son las consecuencias?
- Existirá problemas para alimentarse, generando problemas de crecimiento, problemas de digestión e irritabilidad en el caso de lactantes.
- En edades un poco más avanzada se apreciará problemas para masticar los alimentos y la deglución de estos.
- Cuando el problema aún no ha sido detectado se podrá observar un paladar estrecho, y posibles apiñamientos dentarios, ya que la lengua se encuentra en la parte baja de la boca no existirá un estímulo para el maxilar superior de manera adecuada.
- Encontraremos problemas de oclusión, por un deficiente desarrollo de los maxilares.
- Además de presentar problemas para hablar, en algunas palabras que requieren que la lengua se ubique en el paladar como la “R», la “S”, la “D” y la “T”.
También debes saber que la posición correcta de la lengua debe ser el paladar duro porque cumple la función de estimular el maxilar superior y alineamiento de los dientes, si la lengua se ubica en posición baja acarrea problemas en la respiración y deficiencia en el desarrollo de los maxilares.