Son varios los síntomas que conllevan a una apnea obstructiva del sueño pueden ocurrir tanto en niños como en adultos.  ¿Y cómo es que se obstruye la vía aérea mientras dormimos? Debes saber que al dormir -usualmente- nos colocamos en una posición supina, es decir, “boca arriba», al entrar en estado de sueño nuestros músculos tienden a relajarse incluyendo a los músculos que controlan la mandíbula, la lengua y el paladar; cuando se relajan, la mandíbula cae y la lengua retrocede estrechando la vía aérea; esto puede generar desde ronquidos hasta episodios de apnea. Aquí la anatomía de la mandíbula es trascendente para que ocurra o no el síndrome de apnea, porque mientras más pequeña sea o retraída se encuentre favorece la obstrucción de la respiración.

La apnea del sueño se produce cuando la persona deja de respirar por lapsos de 10 segundos aproximadamente en horas de sueño. Estos episodios pueden ocurrir varias veces mientras duerme, afectando su salud ya que el sueño es interrumpido en el momento que la persona afectada para recuperar la respiración se produce un microdespertar generalmente acompañado de ronquidos fuertes.

Los especialistas en medicina del sueño indican que existen factores que promueven la apnea del sueño, siendo más frecuente en hombres de edad media; además, asociada a características de la garganta, de la lengua grande y la mandíbula pequeña.

La obesidad es un factor común que aumenta el riesgo de padecer apnea del sueño, pero en la actualidad se está llevando a cabo el estudio de otro factor importante como la anatomía de la mandíbula.

El trabajo del Dr. Weston Price mostró cómo la alimentación afecta la boca entera, en su libro Nutrition and Physical Degeneration señaló que el rostro cambia rápidamente de una generación a otra. Su teoría era que la degeneración física empezó con la adopción de una dieta occidental con harina refinada, azúcar y leche pasteurizada.

Aun así, hay mucha gente que no sabe el efecto nocivo de una mala alimentación en el tamaño y forma de la boca, afectando la colocación de la lengua y, por consiguiente, la capacidad de respirar normalmente.

Según el Dr. Arthur Strauss, médico dental, las bocas con el paso del tiempo se han ido reduciendo por la escasa atención en la lactancia materna y una mala masticación.

Cuando un bebé lacta se produce el mecanismo de deglución y succión, que ayudan a llevar la mandíbula hacia adelante previniendo las maloclusiones y trastornos del sueño.

Promueve la masticación eficiente en tus hijos y en tu familia. Si ya sabes que tienes una mandíbula pequeña o retraída no dudes en buscar una solución, en Maxillaris te podemos ayudar.

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